lunes, 8 de junio de 2009

Dioses


La Mitología griega son creencias y observancias rituales de los antiguos griegos, cuya civilización se fue configurando hacia el año 2000 a.C. Esta compuesto principalmente por un conjunto de diversas historias y leyendas sobre una gran variedad de dioses. Aunque comienza su desarollo hacia el año 2000 a.C. su maximo desarrollo se alcanza hacia el año 700 a.C. Por esa fecha aparecieron tres colecciones clásicas de mitos: la Teogonía del poeta Hesíodo y la Iliada y la Odisea del poeta Homero.

Las caracteristicas principales de la mitología griega son las siguientes:
- La apariencia exterior de los dioses se parecen a las del ser humano, con sentimientos tambien humanos.
- Se diferencia de otras religiones antiguas como el hinduismo o el judaísmo en que en ella no aparecen revelaciones especiales o enseñanzas espirituales.
- Las practicas y creencias varian mucho, sin unas reglas establecidas, no hay una una institución religiosa que la gobierne, ni tampoco un codigo escrito formando un libro sagrado.

Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, el más alto y sagrado, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban las fuerzas de la naturaleza: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. Estos dioses eran inmortales, no conocián ni el hambre ni la fatiga, se representaban con simbolos de su especial poder, dominio o habilidad,(fuego, belleza, caza,etc). Entre los dioses existian relaciones de parentesco, similara a la existente entre los seres humanos. Zeus era el padre de los diose, Hera su hermana y esposa, madre de Hefesto, Ares y de Flitía.

Estos dioses más tarde fueron adoptados por los romanos.

Los dioses principales y su correspondiente para la cultura romana eran, Zeus / Júpiter, Hera / Juno, Hefesto / Vulcano, Atenea / Minerva, Apolo / Apolo, Artemisa / Diana, Ares / Marte, Afrodita / Venus, Hestia / Vesta, Hermes / Mercurio, Deméter / Ceres y Poseidón / Neptuno.

El culto a los dioses podía ser privado o público, en Grecia el culto privado tenia un papel muy importante, dirigido por el padre de cada familia. Aunque también era frecuente acudir a los templos para hecer ofrendas y sacrificios.

En cada ciudad existia un dios representativo de ella al que los ciudadanos debían darles culto público. Se les dedicaban sacrificios y procesiones.

También existían cultos Panhelénicos, el principal centro donde los griegos se reunían para rendir honores al rey de sus dioses era Olimpia. El festival cuatrienal que se celebraba allí incluía los famosos Juegos Olímpicos. Había también un altar dedicado a Zeus construido no de piedra, sino de ceniza, procedente de los restos acumulados durante muchos siglos de animales sacrificados allí.

Aparte de los principales santuarios situados entre ciudades, no había formas de culto a Zeus que compartiese todo el mundo griego. Determinados rituales se celebraban de la misma forma también: sacrificar un animal blanco sobre un altar elevado, por nombrar uno.

En Roma el culto a los dioses familiares estaba formado por Lares, Penates, Genios y Manes, dioses y espíritus a los que los miembros del clan presentaban ofrendas antes de las comidas para obtener su benevolencia y ayuda.

Los cultos domésticos romanos permanecerán idénticos a lo largo de los siglos, siéndoles siempre ofrecida en la calma del hogar familiar la ofrenda de fuego al Lar, la del vino puro al genio y la del perfume a los Penates.

Los Lares eran los dioses custodios del hogar, de gran importancia en el culto doméstico latino. Se sabe que no eran dioses en el más alto sentido de la palabra, ni tampoco hombres divinizados, sino únicamente espíritus inconcretos que cuidaban de la salud y prosperidad de la familia.

Los Penates eran dioses protectores de las provisiones de boca (comida). En todas las casas al ir a comer se hacía una ofrenda a los Penates para que les ayudaran.

A diferencia de los lares, que nunca se mencionan como dioses, los Penates son los dioses soberanos del corazón de la casa, del centro teórico e ideológico de la existencia de los romanos, que se identificaba espacialmente con el hogar. Se encargaban de la tutela de los grupos familiares y estaban incluidos en la herencia del pater familias, su posesión garantizaba la descendencia y el estatus social.

El genius familiar representaba el alma del pater familias. Cada varón romano tenía su propio genius que le acompañaba toda la vida.

Los manes eran los espíritus de los antepasados muertos, a los que invocaban para conseguir su ayuda. Se conseguía su favor ofreciéndoles miel, vino, flores y otros manjares. Si no se realizaban estas ofrendas se convertían en fantasmas y atormentaban a los vivos.

Cada familia tenía su propio culto doméstico del que era oficiante el pater familias. En un rincón del atrio se abría un larario o una simple hornacina practicada en la pared, con un altar donde eran venerados, junto a la diosa Vesta, los dioses y espíritus protectores del hogar, representados por medio de estatuillas y pinturas murales.

Con relación al culto público Romano podemos mencionar que se hacían ofrendas, sacrificios y procesiones en honor a los diferentes dioses, también se realizaban cultos en honor del emperador

Un oráculo es una respuesta que supuestamente da un dios por medio de sacerdotes, o de la Pitia o Pitonisa griega y romana, o incluso a través de interpretaciones de señales físicas (tintineo de campanillas, por ejemplo), o de interpretaciones de símbolos sobre piedras, o de interpretaciones de símbolos sobre cartas, como el Tarot, o de sacrificios de animales. Por extensión, se llama oráculo al propio lugar en que se hace la consulta y se recibe la respuesta (el oráculo). Existen varios de estos lugares, que fueron muy importantes en la Antigüedad, todos ellos pertenecientes al mundo griego. Los romanos asimilaron y heredaron los oráculos griegos, creando además los suyos propios.

En la antigua Roma, un auspicio fue un signo de los dioses, como se interpreta por un augur. Un augur llevaría a cabo una ceremonia (conocida como «tomar los auspicios») y leería las pautas de las aves en el cielo. Dependiendo del pájaro, los auspicios de los dioses podían ser favorables o desfavorables (auspiciosos o inauspiciosos). A veces sobornados o por motivos políticos, los augures fabricarían auspicios desfavorables para retardar ciertas funciones estatales como las elecciones. Plinio el Joven atribuye la invención del auspicio a Tiresias el vidente de Tebas, el modelo genérico de un vidente en la cultura literaria grecorromana.

Un presagio o prodigio es un fenómeno que se cree que sirve para adivinar el futuro, y que a menudo hacen referencia a la llegada de un cambio. También son llamados augurios, como los realizados por los augures en la Antigua Roma.

La interpretación de presagios y de signos proféticos es una forma de adivinación.

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